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La limpieza de la hélice como parte importante del mantenimiento de embarcaciones

La limpieza de la hélice como parte importante del mantenimiento de embarcaciones

Sin un adecuado mantenimiento de embarcaciones, la hélice, en todo barco de propulsión a motor, podría hacer sufrir severos daños el eje de la misma. Las acumulaciones de óxido y caracoles han demostrado ser fenómenos capaces de desequilibrar a este tipo de sistemas. Aparte de dañar de forma notoria a la transmisión de la embarcación ello también se traduce en un notable y bajo rendimiento.

Las técnicas a explicarse en el siguiente artículo, consisten en aquellas mayormente utilizadas. Aunque difieren siempre con el tipo de hélice, su diseño así como el tamaño de embarcaciones a través de las cuales deberá ser utilizada. En cuanto a las embarcaciones más pequeñas, resulta recomendable realizarla en asesoramiento de un experto.

Principales claves para el mantenimiento de embarcaciones: La limpieza como vehículo para la optimización.

Retirar las acumulaciones de desechos, sal y demás componentes marinos de la hélice es algo solo posible tras los primeros minutos de su extracción del mar. En esta etapa la hélice, se encontrara aun húmeda y lo suficientemente manejable como para proceder a su retirado manual. El uso de una espátula solo hará posible una remoción segura de los desechos.

Otra de las importantes piezas claves en el mantenimiento de embarcaciones es sin duda el ánodo de la hélice. Esta pieza puede ser retirada mediante el uso de una llave Allen. Puede limpiarse también mediante el método de la espátula para dejarla así libre de cualquier clase de incrustaciones. El hecho de que tanto el ánodo como la hélice se encuentren hechas de bronce, facilita el uso seguro de este tipo de herramientas.

Principales estrategias químicas para la remoción del óxido y otros desechos.

Posteriormente a la etapa mecánica, a la hélice de las embarcaciones le sigue un tratado y baños químicos. El primero de ellos, es realizado de forma estándar con la aplicación del reconocido “safulman”. El cual consiste en una solución de ácido clorhídrico diluida en un 20%. La aplicación debe realizarse usando guantes de goma para proteger la piel. Este proceso permitirá recuperar su color bronce.

La última etapa de la limpieza de la hélice consiste en el pintado final. Esta fase incluye dos capas. La primera de ellas se corresponde con la capa de impregnación que servirá como base a la pintura final, la cual deberá dejarse secar por un día entero. La última, compuesta a base de pintura de antifouling para hélices. Permitirá una mayor fricción ante la acelerada rotación para la cual está diseñada. La limpieza de hélices en el mantenimiento de embarcaciones no podría quedar concluida. Sin la sustitución del ánodo de sacrificio por un ejemplar totalmente nuevo.

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