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Cómo iniciarse en la náutica

Cómo iniciarse en la náutica

iniciarse en la náutica

El mundo náutico es un mundo apasionante que atrapa a todo el que en algún momento se ve atraído o interesado por él. Pero también es cierto que iniciarse no siempre es un camino fácil y a veces se torna más largo de lo que se espera.

Por lo general se trata de un mundo en el que nos metemos por afición, lo que nos lleva a hacerlo con toda la dedicación posible y una ilusión desbordante que, a veces, nos hace olvidar planteamientos clave. Intentaremos poner un poco de orden en ello…

Pero, empecemos por el principio:

¿Es necesario comprarse un barco?

Esta es la primera pregunta que posiblemente cualquier aficionado que se adentra en el mundo náutico se plantea y que no siempre tiene una respuesta clara.
Según nuestro punto de vista, la respuesta es no.

¿Quién no sueña con tener un yate? Sin embargo, antes de lanzarse a comprarlo, conviene hacer un planteamiento realista de lo que supone esta afición: ¿cuántos días utilizaré el barco al año? Si será solo algunos días, definitivamente, el alquiler es la mejor opción.

¿Quién te acompañará?

Si finalmente decides comprar un barco, quién te acompañará es un aspecto importante antes de decantarte por alguno.

Por ejemplo, si tienes familia y te acompañará a navegar, conviene saberlo con antelación. Cuántos sois, cuánto tiempo al año pasaréis en el barco, etc. Son aspectos que influyen y han de ser tenidos en cuenta con el objetivo de disfrutar al máximo del barco y de la navegación.

El precio

Hay una frase muy extendida que dice que los dos grandes momentos de un armador son cuando compra el barco y cuando lo vende.

A veces nos pueden las ganas y la ilusión y nuestro planteamiento antes de comprar el barco no se ajusta a la realidad.

Antes de lanzarte a esta aventura que, sin duda, te puede reportar grandes momentos y mucho beneficios, nuestro consejo es que no cometas el error más común y tú sí realices una previsión realistas de lo que supone a nivel económico tener un barco; y esto no implica solo el precio del barco y los impuestos, sino también los gastos.